O eso creo porque parece una ciudad totalmente distinta.
De repente se vuelven a ver las aceras y no hay nieve, la gente ya no lleva abrigo y todo parece más juvenil y primaveral.
Las temperaturas son aproximadamente 15 grados superiores a cuando me fui y ya no hay riesgo de perder la vida resbalándose con el hielo de las calles. Los metros de por arriba como yo los llamo, en Berlín llamados S-Bahn, también vuelven a funcionar con normalidad. En los parques hay gente tomando el sol y descansando.
Viene la primavera…
¡Esto es todo!
De momento…
31.3.10
29.3.10
Ultimas impresiones de Dublín
Dublín, una cuidad grande, una capital de país, un aeropuerto pequeño.
Dublín como actividad turística fue inventada por Arthur Guinness. Temple Bar, la fábrica de Guinness (donde no he entrado porque vale dinero y ni siquiera se ve la fábrica, aunque dicen que tiene unas vistas estupendas de la ciudad), todos los típicos pub irlandeses, la publicidad y el sponsoring, todo se impregna de la turbia cerveza de Arthur.
Parece que la gente no vive mal. El sueldo mínimo hace que los precios de todo se pongan acordes. En mi opinión, es una ciudad muy cara para la gente de fuera. Poniendo como referencia el menú Big Mac que actualmente ronda los seis euros en toda Europa, en Dublín vale siete. Será que hay que llevar las cosas a la isla, aunque lo dudo.
El castillo de Dublín, que visité en esta ocasión, es un sitio lleno de historia, definitivamente un buen lugar para empezar la visita y conocer un poco más sobre la historia de un país tan nuevo como es Irlanda.
Aunque como en la mayoría de las ciudades, lo más bonito es callejear para encontrar lugares inesperados, tiendas extravagantes y conocer así la verdadera cuidad.
¡Esto es todo!
De momento…
Dublín como actividad turística fue inventada por Arthur Guinness. Temple Bar, la fábrica de Guinness (donde no he entrado porque vale dinero y ni siquiera se ve la fábrica, aunque dicen que tiene unas vistas estupendas de la ciudad), todos los típicos pub irlandeses, la publicidad y el sponsoring, todo se impregna de la turbia cerveza de Arthur.
Parece que la gente no vive mal. El sueldo mínimo hace que los precios de todo se pongan acordes. En mi opinión, es una ciudad muy cara para la gente de fuera. Poniendo como referencia el menú Big Mac que actualmente ronda los seis euros en toda Europa, en Dublín vale siete. Será que hay que llevar las cosas a la isla, aunque lo dudo.
El castillo de Dublín, que visité en esta ocasión, es un sitio lleno de historia, definitivamente un buen lugar para empezar la visita y conocer un poco más sobre la historia de un país tan nuevo como es Irlanda.
Aunque como en la mayoría de las ciudades, lo más bonito es callejear para encontrar lugares inesperados, tiendas extravagantes y conocer así la verdadera cuidad.
¡Esto es todo!
De momento…
San Patricio
Tras volar desde Edimburgo a Dublín para pasar unos días de vacaciones ya más tranquilos, el miércoles me esperaba el día de San Patricio.
Fiesta nacional y por todo lo grande, toda la ciudad envuelta en los colores de la bandera y todas las tiendas vendiendo el merchandising propio para la ocasión. Gorros, bufandas, banderas, tazas, camisetas, antenas, colgantes, pins, chapas, pinturas, calcomanías, patatas fritas, y miles de cosas que se venden para que los ciudadanos y visitantes se sientan, un poco más irlandeses.
Por la mañana el centro de la cuidad se cortaba para dar paso a una cabalgata qu no es la mayor cabalgata del día de San Patricio porque esa es en Nueva York y que tampoco tiran caramelos (ni de propaganda siquiera) como es costumbre en las buenas cabalgatas. Pero allí esta mucha mucha gente. Disfrazados únicamente estaban los y niñas de la ciudad y los estudiantes y turistas extranjeros.
Por la tarde lo más típico es ir a un típico pub irlandés. Donde todo transcurre como cualquier otra tarde en un pub irlandés pero con una pequeña diferencia. La diferencia es que la cerveza es verde. Verde.
¿Por qué? San Patricio.
¿Para qué? San Patricio.
¿Cómo? San Patricio.
Por la noche un pequeño paseo por las atracciones de feria y por la ciudad abarrotada de gente y a dormir.
¡Esto es todo!
De momento…
Fiesta nacional y por todo lo grande, toda la ciudad envuelta en los colores de la bandera y todas las tiendas vendiendo el merchandising propio para la ocasión. Gorros, bufandas, banderas, tazas, camisetas, antenas, colgantes, pins, chapas, pinturas, calcomanías, patatas fritas, y miles de cosas que se venden para que los ciudadanos y visitantes se sientan, un poco más irlandeses.
Por la mañana el centro de la cuidad se cortaba para dar paso a una cabalgata qu no es la mayor cabalgata del día de San Patricio porque esa es en Nueva York y que tampoco tiran caramelos (ni de propaganda siquiera) como es costumbre en las buenas cabalgatas. Pero allí esta mucha mucha gente. Disfrazados únicamente estaban los y niñas de la ciudad y los estudiantes y turistas extranjeros.
Por la tarde lo más típico es ir a un típico pub irlandés. Donde todo transcurre como cualquier otra tarde en un pub irlandés pero con una pequeña diferencia. La diferencia es que la cerveza es verde. Verde.
¿Por qué? San Patricio.
¿Para qué? San Patricio.
¿Cómo? San Patricio.
Por la noche un pequeño paseo por las atracciones de feria y por la ciudad abarrotada de gente y a dormir.
¡Esto es todo!
De momento…
23.3.10
The Britain Diaries Part 6
Los días seis y siete transcurren en el maravilloso Edimburgo.
Edimburgo, el por qué de la m lo desconozco, ¿Por qué va antes de b?, ¡pero si es un nombre propio!
Edimburgo es lo más cerca que hemos estado nunca de la Edad Media. Las calles, las casas, el castillo, los jardines, las colinas y las tumbas. Incluso las tumbas tienen su propia historia en Edimburgo. Una de las más famosas es la de Boby; un perro. La oveja Dolly a cambio está en el museo nacional sin lapida pero en una vitrina muy limpia.
También se puede encontrar una señal compuesta por tres adoquines dorados en el lugar donde se realizó la última decapitación pública. La guillotina respectiva también se puede ver en el museo.
Curioso es cambiar ahí dinero. Al recibir los billetes falta algo. ¡La Reina de Inglaterra! ¿Son falsos? ¿Tienen otra moneda? ¿Qué pasa?
Resulta que no, que tanto Escocia como Irlanda del Norte tienen sus propios billetes, pero valen igual que los de la Reina. Son Libras igual solo que no las respalda la Reina. Supuestamente no hay problema, solo sorpresa.
Como las fechas coincidían con el torneo de las seis naciones, la ciudad estaba plagada de verdaderos escoceses: con falda escocesa técnicamente llamada kilt, un bolso escocés de piel llamado sporran, y una daga en el calcetín derecho llamada en gaélico sgian dubh. Por desgracia esto no bastó y ganó Francia.
Rumbo a Dublín…
Edimburgo, el por qué de la m lo desconozco, ¿Por qué va antes de b?, ¡pero si es un nombre propio!
Edimburgo es lo más cerca que hemos estado nunca de la Edad Media. Las calles, las casas, el castillo, los jardines, las colinas y las tumbas. Incluso las tumbas tienen su propia historia en Edimburgo. Una de las más famosas es la de Boby; un perro. La oveja Dolly a cambio está en el museo nacional sin lapida pero en una vitrina muy limpia.
También se puede encontrar una señal compuesta por tres adoquines dorados en el lugar donde se realizó la última decapitación pública. La guillotina respectiva también se puede ver en el museo.
Curioso es cambiar ahí dinero. Al recibir los billetes falta algo. ¡La Reina de Inglaterra! ¿Son falsos? ¿Tienen otra moneda? ¿Qué pasa?
Resulta que no, que tanto Escocia como Irlanda del Norte tienen sus propios billetes, pero valen igual que los de la Reina. Son Libras igual solo que no las respalda la Reina. Supuestamente no hay problema, solo sorpresa.
Como las fechas coincidían con el torneo de las seis naciones, la ciudad estaba plagada de verdaderos escoceses: con falda escocesa técnicamente llamada kilt, un bolso escocés de piel llamado sporran, y una daga en el calcetín derecho llamada en gaélico sgian dubh. Por desgracia esto no bastó y ganó Francia.
Rumbo a Dublín…
The Britain Diaries Part 5
El quinto día comienza y en este caso también transcurre en Bristol.
Bristol en mi opinión es como Valencia, aunque no he estado (en Valencia me refiero). Museos de ciencias, esculturas modernas, una universidad que parece Hogwarts, un puente colgante que cuelga estupendamente y una pizza increíble.
Es que la pizza estaba muy buena, era enorme y era barata. Era tan enorme que serviría como entrante para los almuerzos de los próximos dos días. Era tan enorme que era digna de foto. Era tan enorme que para el atún había que echar varias latas. Era tan enorme que la masa pesaba más que el que la hacía. Era tan enorme que era cuadrada.
Rumbo a Edinburgo…
The Britain Diaries Part 4
Saliendo un día más desde Bristol el cuarto día transcurre en Bath.
Ahí construyeron una de las termas que actualmente mejor queda conservada en Europa del norte (según el folleto). La terma ahora no es para bañarse, es para ver solo. Como en tantos sitios: se ve, pero no se toca.
Rumbo a Bristol…
No en el baño como podría suponer algún conocido del idioma, sino que es el nombre de un pequeño pueblo a 15 minutos en tren de Bristol. Un pueblo en el que no solo hemos estado nosotros sino que también estuvieron los romanos hace ya algo más de 2000 años.
Aunque bueno se pueden tocar los botones de la audio guía que viene incluida en el precio de la entrada y algunas replicas de aparatos y utensilios de la época. Porque otra cosa no, pero interactivos, los museos en el Reino Unido, son.
Ah, y como la gente no se puede bañar, el agua está limpia. Y como hay que ser interactivo, el punto y final no lo pone la señorita de la audio guía sino un vaso de agua caliente de la terma. Deliciosa es otra cosa pero sana, es muy sana.
Rumbo a Bristol…
The Britain Diaries Part 3
Saliendo de nuevo desde Bristol, el tercer día transcurre en Oxford.
Oxford no es una ciudad. Oxford son 50 y pico Universidades en torno a las que gira un complejo social que se asemeja a una ciudad. En Oxford no hay personas, hay estudiantes; no hay tiendas, hay librerías; no hay bares, hay bibliotecas.
Unos campus y unos edificios cuyo precio de mercado ronda el de la completa educación en España. Preciosos. Aunque supongo que estudiar no debe ser caro, debe ser carísimo porque hay que pagar para entrar a ver todas las facultades. Supongo que habrá descuento de estudiante.
Rumbo a Bath…
The Britain Diaries Part 2
Acogidos en Bristol por una gran amiga y compañera de estudios durante ESO y Bachillerato el viaje continúa.
Desde Bristol como punto estratégico el segundo día transcurre en Stonehenge Salisbury. En Stonehenge se encuentran perfectamente colocadas según el sol, la luna y los astros unas piedras gigantescas. Piedras cuyo peso equivale en algunos casos a 17 elefantes adultos y que fueron traídas hace más de 3000 años desde kilómetros y kilómetros en la lejanía. ¿Cómo? Nadie lo sabe, es un misterio. Pero aún más misterioso es el por qué. Qué necesidad, y cuánto tiempo libre debía tener la gente entonces para poder permitirse esos lujos, ya nos gustaría a muchos en la actualidad.
Salisbury es el típico pueblo inglés, con sus casas típicas, sus tiendas típicas, sus plazas típicas, sus muchas iglesias típicas (con las puntas de sus torres típicas); típico. Algo que definitivamente hay que conocer.
Rumbo a Oxford…
The Britain Diaries Part 1
Aun esperando dos notas y tras unos días en Salamanca nuestro rumbo se torna dirección Londres. Capital inglesa con una extensión considerable que hace que un hostal aparentemente cercano en el mapa esté lejos, muy lejos.
Gran sorpresa, duda y confusión fue la OSTRA. O como se hace nombrar en las islas: Oyster. Una tarjeta con la que el transporte público es más barato pero que no se puede comprar fácilmente, se necesita aproximadamente un cursillo de 20 horas para entender que no hace falta. La ostra; porque aporta seguridad como su concha y lleva una perla escondida.
Gran sorpresa, duda y confusión fue la OSTRA. O como se hace nombrar en las islas: Oyster. Una tarjeta con la que el transporte público es más barato pero que no se puede comprar fácilmente, se necesita aproximadamente un cursillo de 20 horas para entender que no hace falta. La ostra; porque aporta seguridad como su concha y lleva una perla escondida.
Tras haber interiorizado en mi última visita toda la cultura a la que hacen referencia las enciclopedias, esta vez se presentaba el mercado de Portobello donde no solo hay de todo sino que además hay mucho. Comprar, compré más bien poco debido a las restricciones de equipaje de los vuelos “low” cost.
Posterior paseo por el río Támesis para comprobar que todo seguía en orden y que los ingleses seguían hablando inglés.
Rumbo a Bristol…
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