Gran sorpresa, duda y confusión fue la OSTRA. O como se hace nombrar en las islas: Oyster. Una tarjeta con la que el transporte público es más barato pero que no se puede comprar fácilmente, se necesita aproximadamente un cursillo de 20 horas para entender que no hace falta. La ostra; porque aporta seguridad como su concha y lleva una perla escondida.
Tras haber interiorizado en mi última visita toda la cultura a la que hacen referencia las enciclopedias, esta vez se presentaba el mercado de Portobello donde no solo hay de todo sino que además hay mucho. Comprar, compré más bien poco debido a las restricciones de equipaje de los vuelos “low” cost.
Posterior paseo por el río Támesis para comprobar que todo seguía en orden y que los ingleses seguían hablando inglés.
Rumbo a Bristol…
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