29.3.10

Ultimas impresiones de Dublín

Dublín, una cuidad grande, una capital de país, un aeropuerto pequeño.

Dublín como actividad turística fue inventada por Arthur Guinness. Temple Bar, la fábrica de Guinness (donde no he entrado porque vale dinero y ni siquiera se ve la fábrica, aunque dicen que tiene unas vistas estupendas de la ciudad), todos los típicos pub irlandeses, la publicidad y el sponsoring, todo se impregna de la turbia cerveza de Arthur.

Parece que la gente no vive mal. El sueldo mínimo hace que los precios de todo se pongan acordes. En mi opinión, es una ciudad muy cara para la gente de fuera. Poniendo como referencia el menú Big Mac que actualmente ronda los seis euros en toda Europa, en Dublín vale siete. Será que hay que llevar las cosas a la isla, aunque lo dudo.

El castillo de Dublín, que visité en esta ocasión, es un sitio lleno de historia, definitivamente un buen lugar para empezar la visita y conocer un poco más sobre la historia de un país tan nuevo como es Irlanda.

Aunque como en la mayoría de las ciudades, lo más bonito es callejear para encontrar lugares inesperados, tiendas extravagantes y conocer así la verdadera cuidad.

¡Esto es todo!

De momento…

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