Desde Uppsala marchamos mi amigo I. y yo hacia Estocolmo. Ahí no nos esperaba nadie menos que el embajador de España en Estocolmo.
El señor embajador había invitado a TODOS los estudiantes españoles que se encontraban de Erasmus en Suecia a una comida bufé. Amablemente también había accedido a que yo pudiera acompañarles en tan memorable evento.
En uno de los archipiélagos de la ciudad se encontraba su residencia que contaba con la embajada, su casa y un gran jardín. Gracias a un tiempo muy agradable fue en este jardín donde había dejado colocar unas mesas y una barra para que los estudiantes comieran como hacía mucho que no comían. Especialidades españolas como tortilla, jamón, queso manchego o sangría no faltaron para hacer sentir a los estudiantes como en casa.
Más de cien estudiantes pudimos disfrutar de la generosidad del embajador y del estado español. Ahora estoy esperando que me invite el embajador de Berlín.
Posteriormente recorrimos las principales zonas turísticas de la ciudad para ver cómo iban los preparativos para la boda de los príncipes este verano. En medio de la ciudad hay un parque de atracciones, ¿se darán el SÍ en la lanzadera?
¡Esto es todo!
De momento...
15.5.10
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