Continuamos el viaje en Padua donde actualmente reside mi amiga M.
Para llegar hasta ahí y durante todo el resto del viaje por Italia utilicé el tren para desplazarme grandes distancias. El tren en Italia es rápido, puntual y barato. Parece que eso también funciona.
Dentro de la ciudad había bus y tranvía. El viaje en bus conllevó cierto riesgo ya que los aficionados del Inter se encontraban extáticos tras ganar su equipo la calcio. Esta celebración implicó aporrear autobuses, tirar petardos y hacer mucho mucho ruido.
La ciudad de Padua es una de las muchas ciudades de Europa que dice tener la plaza más grande de todas. No pude medir si esto era cierto pero si participamos de un festival infantil que había en ella. Concierto para niños, actividades, globos y pompas; todo lo necesario para pasar un buen rato.
Por la tarde visitamos la famosa catedral de Padua y comimos un helado italiano para vivir la experiencia.
Por la noche fuimos a un típico restaurante italiano a comer pizza para no perdernos tampoco esa gran experiencia. La variedad y la combinación de ingredientes en la pizza no defraudó. Pizza con patatas fritas y salchichas también es una opción.
¡Esto es todo!
De momento...
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