La experiencia Erasmus se caracteriza por repartir a la gente por Europa. Eso significa que si quieres ver a la gente tienes que ir por Europa. Este viaje me llevó a Suecia y a Italia, de ahí, Suetalia.
El avión hasta el aeropuerto desde Berlín me dejó lejos de Estocolmo; exactamente en el aeropuerto secundario de Estocolmo. ¿Lejos? ¡No! Lejos no, al quinto pino literal, como a dos horas de la ciudad. Finalmente llegué a Estocolmo y cogí directamente el tren hasta Uppsala. Por el camino pude disfrutar de los magníficos paisajes que ofrece el país. Bosques enormes y campos con el césped tan freso y tierno que entra hambre, y las típicas casas rojizas solitarias donde los vecinos son la fauna y flora del entorno.
En Uppsala me esperaba un gran amigo no solo del instituto sino también de la carrera. Tras comer fuimos a dar una vuelta por el centro para que vira un poco todo lo cultural de la ciudad y me hiciera una idea de dónde vivía durante este año.
Inteligente de mí, ¡me olvide la cámara! así que estuve de turismo pero no tengo pruebas.
Por la noche fuimos a las “nations”, que son los bares de allí para estudiantes que son como asociaciones en las que sólo se puede entrar con carné. Yo me hice uno de invitado para entrar en tan selectos clubes. Es muy agradable porque es el puro ambiente estudiantil. Uppsala es una gran ciudad para los estudiantes.
¡Esto es todo!
De momento…
13.5.10
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