Ayer han cambiado los semáforos del primer cruce de mi calle.
Vaya peligro, creo que más de uno se ha llevado un buen susto y más de dos han temido por su carrocería. Decidieron las autoridades competentes quitar los semáforos del cruce de dos calles delante de mi edificio muy frecuentadas para cambiarlos. Temporalmente había un policía en un pequeño pedestal intentando organizar la cosa pero ni era fácil ni el policía tenía mucho talento.
Por la noche cuando he vuelto ya no había policía y el caos era absoluto, para cruzar me tuve que jugar la vida dos veces. Dos. Tenía que ir de una punta a la otra claro. Y no fue fácil.
Esta mañana ya estaba otra vez el policía, con un frío que yo temía que se quedara ahí congelado y lo dejaran de estatua. Porque hoy ya hace frío de verdad y el cielo tiene ganas de nevar. Pero su jornada, del policía y no del cielo, ha terminado a las 10 que se han encendido festivamente, cual luces de navidad, los nuevos semáforos.
¡Esto es todo!
De momento…
4.12.09
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