Jazzdance Streetdance

El miércoles empecé con las clases de Jazzdance Streetdance. Parecen bastante buenas y creo que voy a aprender mucho. La profesora es joven y muy, digamos, alternativa. Ayer en poco rato montó dos coreos y nos enseño el calentamiento que va a seguir durante el curso. La música que nos pone tiene algunas canciones actuales pero también otras bastante viejas.

Las clases son en un centro juvenil que tiene muy buena pinta. Un gimnasio digno de película americana de High School, una sala de billar, futbolín, juegos, etc. Y una “Sala de Espejos” donde damos clase. Fuera tiene una cancha de baloncesto y dos pistas para patinetes. Así que en esta cuidad es que no falta de nada.

Por cierto ahora mientras estoy escribiendo estoy en el tren camino a ver a mis abuelos. No cualquier tren si no el ICE (Inter City Express) que es muy cómodo, muy tranquilo y tiene enchufes, mesas y creo que un restaurante, pero pagar 6 euros por una salchicha no es lo mío. Ya me he traído yo mis cosas de casa que es mas barato.

…Pausa para cambiar de tren…

Pensé que no era posible porque llevaba todo estudiado, pero han sido capaces de confundirme dos veces. Primero me he bajado en una parada equivocada porque han dicho que pasaba por ahí el tren que tenía que coger después. Bajo, pregunto y me dice una amable empleada de la DB: “No, no, súbete otra vez, rápido”. Dicho y hecho, ya voy yo precavido que después de lo de hace dos años yo ya no me fío (luego lo cueto). Y luego hemos llegado al sitio donde me tenía que bajar y han dicho por los altavoces que pasaba otro tren distinto y que no se que. Que el que era ya no es. O algo así. He ido a preguntar otra vez y me ha dicho otra amable empleada de la DB: “No, no, sí, sí, sí que es, tu súbete.” Dicho y hecho. Aquí me encuentro. Me queda de cambiarme otra vez, a ver si hay suerte.

Ah y lo de hace dos años. Tuve que coger durante una temporadilla el tren todos los días para ir de Aschaffenburg a Frankfurt, y coincidió que la Deutsche Bahn estaba de huelga y entonces: unos días iba, otros no, o cambiaban el tren, o cambiaban el numerito pero era el mismo tren, o decidían que el tren pasaría pero a otra hora, un caos, horrible, un desastre. Aprendí a no fiarme y a preguntar siempre todo.

¡Esto es todo!

De momento…